Consumo de tabaco formal creció pero el contrabando gana terreno
El año pasado se vendieron en Uruguay más de 115 millones de cajillas de 20 cigarrillos
Dos cigarrillos por día, 680 al año y 34 cajillas de 20 por persona en 12 meses. Ese fue el consumo promedio de cigarros de los uruguayos en 2013, año en en que el mercado del tabaco registró un crecimiento de casi 3% en el segmento de cigarrillos respecto a 2012, pese a las restricciones que se han aplicado al sector en los últimos años. A eso hay que añadir el efecto sobre el sector formal de la mercadería que ingresa por contrabando y que se lleva una importante tajada en el negocio. El mercado ilegal de cigarrillos representa hoy entre el 20% y 35%, según fuentes del sector, y genera pérdidas millonarias en impuestos.
De acuerdo a cifras de la Dirección General Impositiva (DGI), a las que accedió El Observador, el año pasado los uruguayos fumaron 115.315.026 cajillas de 20 cigarrillos o equivalentes, lo que implica un incremento de 2,8% frente a las 112.163.667 cajas de 2012. Esos valores son los que declaran los fabricantes e importadores al órgano recaudador.
En 2012 se había registrado una caída de 5,6% en el consumo, pero venía de un 2011 donde se había dado un aumento de 6,5% en relación a 2010. Ese año había mostrado además la mayor baja anual –de 13%– desde que se prohibió fumar en espacios públicos cerrados el 1° de marzo de 2006, y se comenzó a elevar la carga impositiva al tabaco.
Los cigarrillos nacionales representaron el 83,1% de las cajillas o equivalentes vendidas en 2013 en el mercado formal, mientras que las importadas significaron el 16,9%. Se trató de un leve aumento del consumo de cigarros locales en comparación a 2012, cuando la producción doméstica acaparaba 82% del mercado, pero se mantiene por debajo de 2011, que supuso 93,6% en cigarrillos fabricados en el país.
Por su parte, la venta de tabacos en paquetes de 40 gramos o su equivalente registró caídas en los dos últimos años. En 2013 la comercialización de esa variedad descendió 3,9% –18.630.146 paquetes frente a 19.378.047–, cuando en 2012, ya había bajado 2,9%. La mayor alza en este rubro en los últimos años se percibió en 2007, con 8%, y la más importante baja se dio en 2010, con un 8,2%.
En 2010 sucedió que el gobierno del entonces presidente Tabaré Vázquez –impulsor de la ley de 2006– reforzó las medidas antitabaco, entre ellas la de incrementar el Impuesto Específico Interno (Imesi), que elevó el precio de los paquetes de cigarrillos. Además, se prohibió toda publicidad en los medios de comunicación que incitara a fumar y obligar a colocar fuertes imágenes alusivas al daño ocasionado por el tabaco que al menos cubrieran el 50% del espacio de la cajilla.
Más ilegales
La primera medida, de hace ocho años, y esta segunda tanda de restricciones, vinieron a reforzar el consumo e ingreso de cigarrillos de contrabando, especialmente provenientes de Paraguay, aseguran comerciantes vinculados al rubro. El nivel del mercado ilegal de cigar rillos en Uruguay se encuentra entre el 20% y 30%, según la organización antitabaco World Lung Foundation. Estas cifras “no han variado”, confirmó a El Observador, Luis Bensusan, gerente de marketing de la tabacalera Monte Paz. Al norte del Río Negro y en el Litoral, el contrabando puede superar ampliamente esas cifras, así como en determinados barrios de Montevideo de escasa seguridad, añadió Bensusan.
De acuerdo a una encuesta realizada en 2010 por Synovate, una consultora internacional sobre estudio de mercado, el comercio ilegal en Uruguay se estimó en 1.200 millones de cigarrillos al año, sobre todo de la marca paraguaya 51, la tercera más vendida en el país entre informales y formales. Este volumen representa 240 contenedores de 20 pies al año y la pérdida por recaudación alcanza los US$ 150 millones por año. “Los fumadores que consumen cigarrillos ilegales fuman más que el promedio”, indicó el reporte. Uno de cada cuatro cigarros que se consumen en el país tiene origen ilegal, según Synovate.
Bensusan, de Monte Paz, aseveró que este informe no tiene “muy ponderado” la actual realidad de Argentina y su tipo de cambio, muy favorable a los uruguayos en el último año y medio. “El Marlboro argentino cuesta tres veces menos que en el mercado de Uruguay”, dijo. En esto coincide la Asociación de Kioskeros, que asegura que el contrabando de cigarrillos ya representa el 35% del mercado a raíz del efecto argentino.
Un paquete de 20 cigarros de Argentina, al igual que los paraguayos, cuesta entre $ 20 y $ 22, frente a los legales que salen entre $ 75 y $ 85. Las marcas estrella son 51, Milenio, Eurostar y Marlboro, dijo a El Observador, Jorge Núñez, directivo de la Asociación de Kioskeros. “En Salto o Fray Bentos el porcentaje es más marcado. En esa zona no vendés un cigarro ni de casualidad”.
Una encuesta realizada en julio pasado para este gremio por la consultora Factum entre kioskeros de Montevideo y del interior, estableció que cinco de cada 10 kioskeros indicaron que las ventas de cigarrillos disminuyeron en el último año y que solo uno de cada 10 señaló que las ventas en ese rubro aumentaron. Como motivo principal de la baja de comercializaciones de cigarrillos se consideró el contrabando, en un 32%. Le siguieron los impuestos altos –31%–, las medidas excesivas contra el tabaco –14%–, motivos de salud –4%–, la publicidad –4%– y que la población fuma menos, 3%.
“Casi la mitad de los comerciantes encuestados sostiene que la venta de cigarrillos de contrabando se incrementó desde que se implementó la política de aumento de impuestos; incluso uno de cada tres considera que subió mucho la venta de cigarrillos de contrabando. Solamente el 7% considera que disminuyó”, comentó Núñez.
Entre las motivaciones que explican la expansión de la venta de cigarrillos de contrabando, 51% dijo en el sondeo de Factum que se debe a la falta de controles, un 31% a los altos impuestos, un 11% a un menor precio, un 3% a medidas regulatorias “excesivas” y un 1% a que las cajillas de contrabando no vienen con publicidad ni mensajes antitabaco.
Desde la triple frontera
La triple frontera es la puerta por donde ingresan, desde Paraguay, los cigarrillos de contrabando hacia Argentina y Brasil y, posteriormente, rumbo a Uruguay, de acuerdo al estudio de la consultora Synovate, experta en análisis de mercado. En tanto, la frontera con Brasil, en especial la ciudad de Rivera, y los puertos francos, son los lugares de mayor incautación de cigarrillos ilegales. Los cigarros paraguayos son los más interceptados. La marca 51 representa en Uruguay el 10% del mercado de cigarrillos y solo dos firmas legalmente establecidas en el país la superan, según la consultora Synovate. El precio de las marcas de contrabando es la mitad o menos que las legales.
Comentarios
Puedes seguir esta conversación suscribiéndote a la fuente de comentarios de esta entrada.